El convenio entre ambas instituciones permite mantener la continuidad de las atenciones de salud mental en un espacio temporal habilitado dentro de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, mientras se construye el nuevo centro comunitario de Hualpén.

En un entorno rodeado de naturaleza, seguridad y tranquilidad, el Servicio de Salud Talcahuano (SST) y la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) habilitaron un espacio temporal para garantizar la continuidad del Programa Infantoadolescente del Centro Comunitario de Salud Mental (COSAM) de Hualpén. La medida busca asegurar condiciones adecuadas para la atención de niños, niñas, adolescentes y sus familias durante el proceso de reposición del edificio.

El director (s) del SST, Hernán Gormaz, destacó que uno de los principales desafíos del proyecto era mantener las atenciones en espacios apropiados, pese a las obras en curso. “Nuestro Presidente nos ha desafiado a poner la salud mental como prioridad, y creemos que esta alianza público-privada nos permite efectivamente entregar las mejores condiciones de atención a nuestra población, y en particular a nuestros niños, niñas, adolescentes y sus familias”, señaló.

Gracias a esta colaboración, se dispuso de instalaciones de aproximadamente 100 metros cuadrados, que contemplan seis box de atención, un área de admisión y una sala administrativa. El espacio fue diseñado para garantizar comodidad y privacidad tanto para los usuarios como para los equipos de salud, asegurando el desarrollo adecuado de las terapias.

El rector de la UCSC, Cristian Mellado, subrayó que la iniciativa está en sintonía con el rol público de la universidad y su identidad institucional. “Estamos muy contentos de poder colaborar. Nosotros ponemos a disposición nuestras instalaciones precisamente en nuestro rol público como universidad y, además, en coherencia con nuestra identidad católica. El trabajo que se realiza aquí con más de 400 personas, abordando temas de salud mental, apunta a la dignidad de las personas y a preocuparnos de que todas ellas tengan una mejor salud”, afirmó.

El acuerdo también ha permitido impulsar nuevas acciones complementarias, como la utilización del gimnasio de kinesioterapia por parte del terapeuta ocupacional del COSAM y la futura implementación de un programa de atención para usuarios con trastornos de la conducta alimentaria, a cargo de una nutricionista. Todo esto, en un ambiente libre de ruidos y rodeado de áreas verdes que favorecen el bienestar emocional.

Para las familias usuarias, el entorno ha sido un aporte significativo al proceso terapéutico. Bárbara Salgado, madre de uno de los pacientes del programa, expresó su valoración por el espacio y su impacto positivo. “Venir a este lugar yo lo considero sanador, porque muchas veces llegamos con una carga emocional muy grande. Llegar aquí se siente como un paseo antes de la atención de salud, y al salir, el poder caminar por los jardines o comprar algo afuera nos permite irnos con el espíritu más llenito”, comentó.