Con los acusados, Nicolás Rivas y los hermanos Felipe, Yeferson y Tomás Antihuen, conectados desde el penal Biobío, este lunes se dio inicio a la preparación del juicio por el triple asesinato de carabineros, ocurrido el 27 de abril del año pasado, tras ser emboscados cuando fiscalizaban un arresto domiciliario.
La defensa de los hermanos Antihuen planteó un incidente previo crucial: la inclusión por parte de la Fiscalía de nueve testigos con reserva de identidad. Nelly Díaz, defensora de los hermanos Antihuen, argumentó que esta medida vulnera el derecho a la defensa.
“El persecutor al día de hoy no ha fundado la calidad de sus testigos, sus nueve testigos reservados, y esto vulnera en dos líneas de defensa y en eso nos unimos a la cautela de garantía”, afirmó Díaz, solicitando al tribunal de Cañete levantar la condición de los testigos reservados.
Por su parte, la Fiscalía de La Araucanía, representada por Carlos Bustos, defendió la necesidad de proteger a los testigos. “Creemos que estamos claramente en presencia de un hecho que es grave y calificado para otorgar medidas de protección a los testigos”, sostuvo Bustos.
Finalmente, el juez de Garantía de Cañete, Cristián Rosenberg, no dio lugar a la petición para revelar la identidad de los testigos reservados. Sin embargo, la audiencia no concluyó.
Roberto Garrido, fiscal jefe de La Araucanía, informó que “a petición de la fiscalía se suspendió la audiencia hasta el día viernes con el propósito de que trabajemos en la reducción de algunos medios de prueba y en la precisión de algunos elementos ofrecidos, para también acotar las discusiones que se planteen con el resto de los intervinientes”.
Una vez finalizada esta etapa, quedará todo listo para el inicio del juicio oral, donde la Fiscalía solicitará diversas penas por delitos de incendio, porte ilegal de armas y traslado de restos humanos. El ilícito más grave, el homicidio de carabinero en calidad de reiterado, podría significar para los cuatro acusados la pena de presidio perpetuo calificado.







