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Amplio respaldo en el Senado a legislar para que se prohíba y regule el uso de celulares en colegios

Problemas de salud físicos y mentales, conflictos para concentrarse, disminución de la memoria de trabajo, problemas de comprensión lectora, ansiedad y dificultades en los procesos de aprendizaje y de convivencia, fueron algunos de los conceptos más recurrentes que se dieron durante la discusión del proyecto que modifica la ley general de Educación con el objeto de prohibir y regular el uso de dispositivos digitales en establecimientos educacionales.
Tras un intenso debate en general, la Sala del Senado aprobó -con 48 votos a favor- legislar sobre la iniciativa que cumple su segundo trámite constitucional y que tuvo su origen en siete mociones refundidas. Ahora corresponde que sea estudiado en particular por la Comisión de Educación.

El objetivo, es regular el uso de estos dispositivos, promover la utilización responsable de tales herramientas y precaviendo la interrupción del proceso de aprendizaje, a fin de contribuir eficazmente al cumplimiento de los objetivos generales de la educación parvularia, básica y media.
Durante el análisis del proyecto las y los senadores plantearon la necesidad de regular el uso de teléfonos celulares en los espacios educativos y pusieron énfasis en que el uso indiscriminado e ilimitado de estas tecnologías genera daños en el desarrollo cerebral de niñas, niños y adolescentes; problemas de salud mental, concentración, atención, aprendizaje, emocionales, de sueño, de impulsividad y falta de empatía, entre otros.

Hubo coincidencia en que existe suficiente evidencia científica respecto de los daños que produce la exposición excesiva a dispositivos tecnológicos, que en el caso de los menores pasan 7,6 horas diarias, de las cuales solo 16 minutos están destinados a trabajos escolares.
Asimismo, se recordó que el 55,7% de los adolescentes chilenos de 15 años no alcanza el nivel mínimo de comprensión lectora, lo que hace que los colegios enfrenten realidades complejas, con dispositivos que aumentan los trastornos ansiosos, problemas de salud mental infanto-juvenil, que es necesario enfrentar.

De ahí que señalaron que no se trata de estar en contra de la tecnología, sino que buscar un equilibrio entre la protección y la libertad y fomentar el uso de una manera sana y acorde a la etapa educativa de los menores. Recordaron que los niños, niñas y adolescentes están accediendo a temprana edad a estos dispositivos y también a redes sociales que no están diseñadas con fines pedagógicos sino que para tener a los menores la mayor cantidad de tiempo conectados.

Se indicó que un estudiante revisa su teléfono en promedio cada 12 minutos en la sala de clases lo que no solo afecta su aprendizaje, sino que al aula en general.

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